Casey siempre está cachondo, así que una crujiente mañana de otoño se va detrás de una pila de leña a masturbarse. No puede evitar sacar su leña palpitante y empezar a ocuparse de ella. Lo que no esperaba es que su amigo se uniera a la fiesta. Que su amigo le masturbe le hace sentir aún mejor y a Casey le parece excitante verle masturbarse a él también. Después de este encuentro semi gay, los dos se corren a chorros que manchan sus ropas.